Probablemente hayas escuchado hablar de este término muchas veces, pero puede que no sepas exactamente de qué se trata y cómo funciona. Aquí te lo contamos.
Un CDT (Certificado de Depósito a Término) es un tipo de inversión financiera de bajo riesgo. Consiste en entregarle un capital a una entidad financiera con el fin de hacer crecer el dinero invertido a través de una tasa de interés. Existen dos tipos de CDT: los de tasa de interés fija y los de tasa de interés variable. Para los CDT se establecen periodos de tiempo que van desde los 30 hasta los 360 días, e incluso más. Al finalizar este tiempo, la entidad financiera debe entregar el dinero con el pago adicional de los intereses que se acordaron.
Un CDT funciona ahorrando sin que parezca molesto el hecho de ahorrar. El dinero capital se guarda y genera ganancias de acuerdo con unas tasas de interés pactadas por cada entidad financiera. El ingreso final depende también del tiempo que se haya tenido este ahorro, pues es dinero que debe permanecer quieto para que pueda producir ganancias.
Es un claro ejemplo de finanzas rentables y protegidas, ya que el dinero no está expuesto para que se gaste en cosas innecesarias, como sí pasaría en el caso de un ahorro en casa. Para abrir un CDT hay que tener claro los siguientes factores:
Los CDT varían dependiendo de la tasa pactada por cada entidad bancaria. Los tipos de CDT son tasa fija y tasa variable. También se clasifican por materialidad, es decir, están los tradicionales (título en papel) y los desmaterializados (el título se obtiene a través del canal virtual de la entidad bancaria).
El CDT con tasa fija es un monto de interés que se pacta con el banco, la cual no puede ser cambiada por ningún factor interno o externo a la entidad bancaria, tales como inflación, deflación, cierres, entre otros. Este es el tipo de CDT más común que ofrecen los bancos, porque desde el inicio ya sabes con cuánto dinero contarás al final del periodo pactado.
Por otro lado, los CDT de tasa variable, sí permiten un cambio en el interés por condiciones como la DFT (tasa promedio de los CDT a 90 días), el índice de precios al consumidor (IPC), o el IBR (Indicador Bancario de Referencia).
Cada caso de ahorro es diferente, por lo que siempre es importante el asesoramiento de la entidad financiera. Todo depende de la tasa de interés que más te beneficie, del plazo y de la cantidad de dinero con el que quieras abrir el CDT.