La refinanciación es un cambio en las condiciones de pago de un crédito, de una tarjeta, o de distintos productos financieros que se presentan como una deuda. Estos cambios suelen ser montos más bajos en plazos más amplios.
Lo que han dicho los expertos en estos temas es que deberías refinanciar tus deudas tan pronto identifiques que tengas riesgo de impago, ya que lo ideal es no tener cuotas vencidas en mora. De lo contrario, tu puntaje crediticio se verá afectado y tu deuda pasará a una casa de cobro.
Para refinanciar, el banco te pedirá pagar una cuota (la más vencida) y ajustará las demás a un nuevo plazo con nuevos montos dependiendo de tus ingresos y de tu historial de pago en operadores de información. La tasa de interés de esta nueva deuda refinanciada dependerá de términos y condiciones que se acuerden en la entidad bancaria; por lo general suelen ser más altas, pero la refinanciación ofrece un respiro para que puedas pagar más cómodamente.
Para obtener un refinanciamiento en una o varias de tus deudas debes presentar la solicitud a la entidad bancaria. Allí evaluarán el riesgo que presenta tu deuda y de acuerdo con esto, presentarán una nueva propuesta de condiciones para el pago.
Las ventajas de refinanciar una deuda son poder pagarla más cómodamente sin que esto implique malos reportes en operadores de información. La comodidad consiste en que puedas pagar menos dinero mes a mes, para que no se comprometan ninguna de tus necesidades por pagar tu deuda.
Analiza si el nuevo monto de refinanciamiento es apto para tus ingresos. No aceptes si crees que vas a estar inconforme y si sospechas que no vas a poder pagar, pues lo ideal es que puedas hacerlo. De lo contrario tendrás un mal puntaje crediticio que afectará en adelante todos los procedimientos financieros que quieras realizar para esta u otras deudas. Además de esto, ten presente que más cuotas se traduce en más intereses, pero lo importante es que te resulte útil y fácil para poder terminar de pagar tu deuda.